Emiliano Carasa, – nacido en un pequeño pueblo “Cueva Cardiel”, dentro de una familia humilde y con pocos recursos, en la provincia de Burgos. Se dedicó al pastoreo de cabras desde pequeño, pero cuando llego a los 20 años, tuvo que tomar una de las decisiones importantes en su vida…
Al ser una persona sin recursos, estaba destinado a intervenir en la guerra de Cuba. En ese momento tuvo que tomar esa primera decisión, vendió sus cabras y se trasladó a San Sebastián, se compró un buen traje, un sombrero y unos puros, se cogió el tren (llamado topo) con destino a Hendaya (Francia), y cuando llegó a la frontera regaló los puros a los funcionarios “Gendarmes Policía Francesa”, haciendo ver que era una persona de recursos y que iba a Francia en plan de entretenimiento, por lo tanto no le pusieron ninguna pega y pudo pasar a Francia sin ningún tipo de documento.
Una vez en Hendaya, se trasladó a Bayona, con una maleta donde llevaba todos sus enseres y algo de dinero que había obtenido con la venta de las cabras. Tenía una necesidad imperiosa de buscar un trabajo para poder cubrir sus necesidades económicas, y cuando pasaba por una de las calles de Bayona, se encontró con un cartel en una barbería, que decía, “se necesita aprendiz”, y es donde se presentó, como si fuera un experto en la materia. (bueno si era experto, pero en esquilar las cabras).
En esa barbería y debido a su buena conducta y un buen aprendizaje, consiguió que el dueño confiara en él. Así pasaron varios años y en ese periodo conoció a la hija del barbero, o sea su jefe, y se casó con ella. Llegó el momento de tener familia, y tuvo una hija, pero su mujer se murió en el parto.
A raíz de la fatal desgracia, llego a un acuerdo con sus suegros para que cuidaran a su hija, y él se trasladó a Paris. Es en Paris donde rehízo su vida, él como un gran soñador, su objetivo era montar un salón de peluquería, lo montó con un gran éxito y empezó a destacarse en su sector, que era la peluquería. Más tarde monto varios salones más, de renombre, donde acudía la clase elitista española que viajaba a Paris, bien por trabajo, ocio, etc.
Emiliano, que llevaba varios años en Paris, se casó con una mujer Francesa, de un pueblo llamado Beynac, zona de Sarlat y a orillas de la Dordogne, con quien tuvo un hijo llamado Pierre. Una vez que formó la nueva familia, y ya con el nuevo hijo, recogió a la hija que había dejado con sus suegros en Bayona.
Emiliano Carasa, después de haber trabajado y montado varias peluquerías en Paris, durante bastantes años, y después de haber tomado contacto con los mayores fabricantes de productos cosméticos de aquella época, llega a un acuerdo con ellos, y se traslada a España, para empezar a comercializar dichos productos en España.